Por estas fechas más de un bicho güeno suele vacilar al equipo de Danbalai diciendo que vivimos en Los Mundos de Yupi, que parecemos los Osos Amorosos o que somos demasiado Happy Flower. Suelen ser días de lavadora en el estómago para nosotros a pocos días de volver a arrejuntarnos con las bombetillas. Este verano 2020, sin embargo, no se han atrevido. Hay otro bicho, malo de narices, que nos tiene a todos con la boca cerrada por miedo y un problema sanitario mundial que no admite bromas.
Además, quien nos conoce sabe que llevamos un disgusto morrocotudo porque hemos comunicado a bombetillas y familias que hemos suspendido el VII Campus Danbalai. Ya hemos devuelto el dinero a las familias inscritas y queríamos también oficializarlo en el blog y redes sociales porque entendemos que también puede ayudarnos a seguir superando el disgusto.
Veníamos estudiando las medidas de prevención y el rediseño de nuestro campa con la ilusión de amoldarnos a esta Nueva Normalidad y pasar una semana haciendo lo que más nos gusta. Sabíamos que no podríamos achucharnos, ni vernos sonreír, pero también considerábamos un reto tener que reinventarnos para ofrecer un ocio saludable y responsable.
Contábamos y contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Puente La Reina-Gares y por eso también queremos darles las gracias de corazón por estar a nuestro lado a las duras y a las maduras. Son 6 ediciones en un marco incomparable como el de su localidad y sus diferentes corporaciones nos lo han puesto en bandeja para trabajar para/por la juventud. MILA ESKER!
Pero medimos pros, contras, oportunidades y riesgos para buscar una solución viable, coherente y responsable al dilema y hemos decidido no celebrar el campus este 2020. No sería Danbalai. Vemos protocolos que para la metodología colaborativa que nos gusta desarrollar son imposibles, igualmente nos ocurre en el escenario de nuestro baloncesto como actividad deportiva, nos parecía fatal hacer un uso en grupo de la piscina de Gares cuando su población tiene que cumplir un aforo determinado, nos preocupaba ser grupo receptor o emisor del virus, el formato de campus urbano o el máximo de participación estipulada nos obligaba quizá a dejar fuera a bombetillas inscritas…
Demasiado en contra. Toca aprender de todo lo vivido, toca ser responsables y poner el bien común de la Salud de toda una sociedad como prioridad absoluta frente al ocio de un grupo de medio centenar de personas.
Pero volveremos. ¡Lo hizo Jordan y lo harán Bombeta y sus secuaces!
Palabra de Bombetillas.